Las extorsiones implican intentar obtener bienes, dinero, servicios o información de una persona a través de amenazas, coacción o violencia. Pueden manifestarse en diversas formas, tanto en el mundo físico como en el ciberespacio. Como lo son:
Extorsión Cibernética: Los ciberdelincuentes utilizan la tecnología para chantajear a las víctimas, como el ransomware, donde bloquean datos y exigen un rescate por su liberación.
Extorsión Telefónica: Los extorsionadores llaman a las víctimas y las amenazan con daño físico o difamación si no cumplen sus demandas.
En este contexto, es fundamental comprender las opciones legales disponibles para quienes enfrentan extorsiones. Las leyes están diseñadas para proteger a las víctimas y perseguir a los delincuentes. Denunciar el delito a las autoridades, buscar la asesoría de abogados especializados en derecho penal o ciberdelitos y conservar pruebas sólidas son pasos fundamentales en la búsqueda de justicia y la restauración de la seguridad y la integridad de las víctimas. La colaboración con las autoridades y la acción legal son pilares esenciales en la lucha contra la extorsión, contribuyendo a que los perpetradores rindan cuentas por sus acciones y evitando que otros caigan en sus redes de manipulación.